En el 2020 cuando estábamos viviendo una de las tragedias mas difíciles en el mundo, la pandemia del COVID-19, Sophie estaba cursando el segundo grado en la escuela de la Inmaculada Concepción. La escuela al igual que en todo el país nos permitió experimentar algo que para muchos padres como yo, no lo hubiéramos visto como una opción debido a la responsabilidad de trabajar, el educar a mi hija en casa. Cuando la escuela resumió al siguiente ciclo escolar, yo decidí continuar educando a Sophie en casa. Curso el tercer y cuarto año en casa conmigo de maestra. En este tiempo pude hacer muchas otras cosas que tampoco me había dado tiempo de hacer, como aprender a hacer los cobros a los seguros medicos. También pude enfocarme en mantener la clínica lo mas segura posible implementando procesos de control de infecciones para proteger a nuestras empleadas y a los pacientes. Pero lo mas hermoso fue el hecho de que Dios me permitió tener mis dos hijos mas pequeños, Gianluca y Valentina.

Durante este tiempo, Sophie también regreso a gymnasia. Ella había estado en gymnasia recreacional desde los 4 años. Esta vez después de unos meses me pidió que le permitiera probar para gymnasia competitiva y entro al equipo. En los dos últimos años logro ganar primer lugar en todo al rededor a nivel regional. En el quinto grado regreso a la escuela, esta vez a Harvest Christian Academy, donde curso quinto, sexto, y séptimo grado. En la clínica, durante el tiempo mas trágico de COVID-19, cuando el temor era mucho y desafortunadamente tuvimos varios pacientes que fallecieron debido a complicaciones de COVID-19, nosotros estuvimos ahi, durante todo el proceso, ofreciendo el servicio que estaba en nuestras manos ofrecer.

Este año nuevamente, a mi familia nos toco vivir un proceso difícil, un divorcio. Y en medio de la incertidumbre, he visto como Dios todo lo transforma. Ahora Sophie regreso a la escuela de la Inmaculada Concepcion, pero no sola, acompañada por Gianluca y Valentina. Y aunque esta muy emocionada de estar jugando volleyball y este fin de semana pasado probo para un equipo de club de volleyball, anoche me dijo que mejor quiere entrar a porrista con la escuela el proximo semestre. El nivel de gymnasia en el que esta ahora es avanzado, esta con compañeras de 17 años. Las compañeras de su edad se quedaron atrás o se salieron del equipo. La clínica, tiene un nuevo nombre, Soluciones, y tenemos una segunda sede en Lewisville. He comenzado un nuevo negocio, Arbonne, y también he podido conectar con muchas mujeres de mi comunidad que tal vez en ninguna otra circunstancia lo hubiese podido hacer. Y mi esperanza esta puesto en lo que viene por delante mientras vivo mi hoy.